29 mar 2010

Música y músicos IV

¡Cómo nos gustaba Triana!  ...y nos gusta. "Sé de un lugar" y "En el lago" son dos canciones que aparecen en la cara B de su primer disco: "El Patio". Estas dos canciones son suficientes para apreciar el genio que llevaba dentro Jesús de la Rosa. En el disco aparecen separadas, 1ª y 3ª canción, cara B, -en los cd´s ya no hay caras, ¡qué rollo!-, sin embargo, parecen las dos partes de una misma obra; ese último sonido -gong- de la primera canción es el mismo con el que comienza la segunda, se pueden escuchar las dos canciones sin interrupción; parece que el autor nos quisiera desvelar el lugar del que decía saber: el lago. Son dos temas largos -7,06 min. y 6,33 min.-, casi un cuarto de hora que, en realidad, se hace corto. Esa es la magia de la buena música, que el tiempo desaparece. A Jesús de la Rosa también se lo llevó la carretera, un 14 de octubre de 1983, cerca de Burgos, cuando volvía de actuar en el País Vasco para una causa benéfica, ayudar a los damnificados de unas terribles inundaciones.






Tengo delante el LP, el vinilo de "El Patio", es una auténtica joya, por lo que suena y por lo que se ve. Es el primer disco del grupo, y para mí el mejor, sin olvidarse del segundo "Hijos del Agobio", y del tercero "Sombra y Luz", tampoco de algunas canciones de otros discos. Lo primero que llama la atención es su portada y contraportada -portada en adelante-. En principio el álbum estaba destinado a llamarse con el nombre del grupo: "Triana", sin embargo, fue el genial trabajo de Máximo Moreno el que se impuso sin pretenderlo, y acabó llamándose con el nombre del sitio donde se inspiró para realizar su obra. "El Patio" aparece en la fachada de la portada, en un cartel. Es un patio de Triana, desde luego, pero el autor lo llenó de contenido y simbología, de tal manera que uno puede estar mirando el exterior del disco mientras lo escucha  entero y no habrá terminado de apreciar todo lo que hay ni, mucho menos, lo que quiere decir. Es imposible saber cuántas veces habré escuchado "El Patio" y mirado, absorto, los dibujos de Máximo Moreno. Para empezar, funde dos conceptos hasta entonces antagónicos en esos espacios: tradición y vanguardia. La tradición está en el mismo patio trianero, por ejemplo con esa señora enlutada, soplillo en mano para avivar el fuego de esa cocina de carbón donde, seguramente, preparaba un potaje. La vanguardia está en los mismos componentes, tres hippies melenudos, que en 1975 ya era mucho decir. Máximo Moreno se pegó totalmente al terreno, Triana venía a romper con los arquetipos anteriores, pero sin renunciar a sus raíces, buscaban -y consiguieron- fundir lo viejo y lo nuevo. El artista estuvo en los ensayos, en la grabación, y pateando y fotografiando todo el barrio de Triana, especialmente sus corralas. De ahí salió el diseño de su portada. Hay algo más que nunca había encajado, es esa parte tétrica que aparece por toda la portada, esas caras fantasmales que asoman por oquedades, puertas y ventanas; y esa niebla, de la que misteriosamente brotan algunas plantas y flores, quizá también aludiendo al renacer después de la oscura etapa que estaba a punto de finalizar. Ahora lo sé, gracias a este chivato que es Internet, Máximo Moreno perdió a su padre cuando estaba terminando el trabajo y añadió todo lo anterior como reflejo de su angustia. A su padre lo representó tras las rejas de la ventana, bajo el nombre de Triana ensangrentado, junto a un crespón y  tras Jesús de la Rosa, que aparece sentado sobre un acordeón con su firma. Así quedó la carátula:


La canción que abre el álbum fue un verdadero himno, ese "Abre la puerta", en 1975, dejaba entrever a muchos qué puertas tendrían que abrirse...

 


Podrían añadirse muchas curiosidades sobre este mítico grupo, como que el guitarra, Eduardo Rodríguez, formó parte de Los Payos, antes de nacer Triana; o que Jesús de la Rosa fuese rechazado por Los Bravos, debido a su innegable acento andaluz. Más me llama la atención que Lole y Manuel también formasen parte de Triana en un principio, sin embargo, decidieron abandonarlo para convertirse en precursores del "nuevo flamenco", demasiado duende junto seguramente. Pero, lo que me ha dejado realmente patidifuso es saber cómo murió el maestro, el músico, el poeta, el genio: Jesús de la Rosa. Fueron sus propios teclados los que, en el accidente, le seccionaron su tráquea. También se fue, de un infarto, Tele -Juan José Palacios-, batería del Grupo, en julio de 2002.

Recomiendo vivamente ver el siguiente vídeo. Los pelos como escarpias se me han puesto oyendo hablar a Eduardo Rodríguez de sus compañeros, de TRIANA.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, interesantisima informacion sobre un grupo que lleno buena parte de mis momentos juveniles con su musica.

Yo tambien conservo 'El Patio', en mi caso en un cassette, que debe andar por los 30 años de vida o mas y todavia se escucha bastante bien.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Genial!!! Muchas gracias por compartirlo!

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