30 abr 2011

La música modifica la percepción visual

La música no sólo afecta al estado de ánimo: escuchar una melodía particularmente alegre o triste puede hacer que se modifique incluso nuestra forma de ver el mundo, señalan investigadores de la Universidad de Groningen, en los Países Bajos.

En un estudio realizado, se demostró que la música tiene un efecto drástico en la percepción. Por ejemplo, la gente puede llegar a ver caras felices cuando están escuchando música alegre, y ver caras tristes cuando están escuchando música triste, aunque las caras que estén viendo no expresen en realidad ninguna de estas emociones.

El experimento consistió en una tarea en la que los participantes tenían que identificar la alegría o la tristeza en “smileys” o símbolos gráficos que representan caras, al tiempo que escuchaban música triste o alegre.

Los resultados demostraron que la música tenía una gran influencia en la interpretación que los sujetos hacían de la expresión de los símbolos. Ya se sabía que las canciones pueden hacernos sentir más contentos o más tristes, pero no se había demostrado hasta ahora que los cambios de humor que la música propicia pueden llegar a cambiar la percepción.


TENDENCIAS 21 (29/04/2011)
http://www.tendencias21.net/notes/La-musica-modifica-la-percepcion-visual_b2928640.html
 
Fuente original:
http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0018861

28 abr 2011

Memoria (o... andeadará)

Más que nunca:


15 abr 2010

Música y músicos V

Alguien -que tiene mucho sentido común- me dice que no le de tantas vueltas a la cabeza; seguramente tiene razón, por algo dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos.  Le haré caso, ...si puedo. Lo intentaré poniendo, viendo y escuchando algunos enlaces a canciones que siempre han obrado ese milagro: poner en modo pause la razón. Entenderá que empiece con esta canción:




 
Asfalto es uno de los grupos españoles míticos, y Rocinante, Capitán Trueno o Días de Escuela, canciones que no olvidamos varias generaciones. El "Asfalto" al que me refiero es el del primer disco, que lleva el título de la banda. Después de este disco el bajista y voz ,  José Luis Jiménez, junto con el guitarra y voz, Lele Laina, se fueron para fundar Topo. Entraron entonces Jorge García Benegas, un teclista soberbio, y un bajista también impresionante, Guny.

Hoy quiero centrarme en uno de los componentes, de cualquier grupo, que suele ser -aunque cada vez menos- el más desconocido, salvo excepciones. Una amiga me dijo hace poco que ella no distinguía muy bien el bajo en la mayoría de las canciones; claro, le respondí, es el instrumento que menos suele brillar en un grupo, sin embargo, es rarísimo que falte un bajo en cualquier formación, sea eléctrico o acústico, y le  pregunté: ¿recuerdas cómo empezaba la canción Rocinante, de Asfalto? Y se acordó, tarareó la entrada del bajo de José Luis Jiménez, un creador de estructuras para bajo espectaculares.

Ahora bien, si decimos The Police, vemos rápidamente a Sting armado con el bajo y cantando, ¿cómo podrá el tío?  Este vídeo es pa archivarlo, gozada garantizada:



Otros parecían más ocultos, aquí tenemos a un bajista, John Entwistle, que se movía poco; todo lo contrario que el guitarra y voz, Pete Townshend, quienes, con el batería Keith Moon y Roger Daltrey en la voz principal, formaron THE WHO. Personalmente tengo debilidad por esta banda. ¡Qué bestias! ¡Qué sonido! ¡Qué espectáculo! ¡Qué potencia! ¡Qué calidad! !QUÉ BUEN ROCK AND ROLL! Por encima de todo destaco al virtuoso "John Entwistle". En un rincón del escenario, como si la cosa no fuera con él; era el contrapeso al desaforado y espectacular Townshend, pero lo que hilaba este genio con el bajo no tiene nombre. Otro vídeo al archivo. Perded otros casi diez minutos, estos monstruos dan fuerza, merece la pena:





29 mar 2010

Música y músicos IV

¡Cómo nos gustaba Triana!  ...y nos gusta. "Sé de un lugar" y "En el lago" son dos canciones que aparecen en la cara B de su primer disco: "El Patio". Estas dos canciones son suficientes para apreciar el genio que llevaba dentro Jesús de la Rosa. En el disco aparecen separadas, 1ª y 3ª canción, cara B, -en los cd´s ya no hay caras, ¡qué rollo!-, sin embargo, parecen las dos partes de una misma obra; ese último sonido -gong- de la primera canción es el mismo con el que comienza la segunda, se pueden escuchar las dos canciones sin interrupción; parece que el autor nos quisiera desvelar el lugar del que decía saber: el lago. Son dos temas largos -7,06 min. y 6,33 min.-, casi un cuarto de hora que, en realidad, se hace corto. Esa es la magia de la buena música, que el tiempo desaparece. A Jesús de la Rosa también se lo llevó la carretera, un 14 de octubre de 1983, cerca de Burgos, cuando volvía de actuar en el País Vasco para una causa benéfica, ayudar a los damnificados de unas terribles inundaciones.






Tengo delante el LP, el vinilo de "El Patio", es una auténtica joya, por lo que suena y por lo que se ve. Es el primer disco del grupo, y para mí el mejor, sin olvidarse del segundo "Hijos del Agobio", y del tercero "Sombra y Luz", tampoco de algunas canciones de otros discos. Lo primero que llama la atención es su portada y contraportada -portada en adelante-. En principio el álbum estaba destinado a llamarse con el nombre del grupo: "Triana", sin embargo, fue el genial trabajo de Máximo Moreno el que se impuso sin pretenderlo, y acabó llamándose con el nombre del sitio donde se inspiró para realizar su obra. "El Patio" aparece en la fachada de la portada, en un cartel. Es un patio de Triana, desde luego, pero el autor lo llenó de contenido y simbología, de tal manera que uno puede estar mirando el exterior del disco mientras lo escucha  entero y no habrá terminado de apreciar todo lo que hay ni, mucho menos, lo que quiere decir. Es imposible saber cuántas veces habré escuchado "El Patio" y mirado, absorto, los dibujos de Máximo Moreno. Para empezar, funde dos conceptos hasta entonces antagónicos en esos espacios: tradición y vanguardia. La tradición está en el mismo patio trianero, por ejemplo con esa señora enlutada, soplillo en mano para avivar el fuego de esa cocina de carbón donde, seguramente, preparaba un potaje. La vanguardia está en los mismos componentes, tres hippies melenudos, que en 1975 ya era mucho decir. Máximo Moreno se pegó totalmente al terreno, Triana venía a romper con los arquetipos anteriores, pero sin renunciar a sus raíces, buscaban -y consiguieron- fundir lo viejo y lo nuevo. El artista estuvo en los ensayos, en la grabación, y pateando y fotografiando todo el barrio de Triana, especialmente sus corralas. De ahí salió el diseño de su portada. Hay algo más que nunca había encajado, es esa parte tétrica que aparece por toda la portada, esas caras fantasmales que asoman por oquedades, puertas y ventanas; y esa niebla, de la que misteriosamente brotan algunas plantas y flores, quizá también aludiendo al renacer después de la oscura etapa que estaba a punto de finalizar. Ahora lo sé, gracias a este chivato que es Internet, Máximo Moreno perdió a su padre cuando estaba terminando el trabajo y añadió todo lo anterior como reflejo de su angustia. A su padre lo representó tras las rejas de la ventana, bajo el nombre de Triana ensangrentado, junto a un crespón y  tras Jesús de la Rosa, que aparece sentado sobre un acordeón con su firma. Así quedó la carátula:


La canción que abre el álbum fue un verdadero himno, ese "Abre la puerta", en 1975, dejaba entrever a muchos qué puertas tendrían que abrirse...

 


Podrían añadirse muchas curiosidades sobre este mítico grupo, como que el guitarra, Eduardo Rodríguez, formó parte de Los Payos, antes de nacer Triana; o que Jesús de la Rosa fuese rechazado por Los Bravos, debido a su innegable acento andaluz. Más me llama la atención que Lole y Manuel también formasen parte de Triana en un principio, sin embargo, decidieron abandonarlo para convertirse en precursores del "nuevo flamenco", demasiado duende junto seguramente. Pero, lo que me ha dejado realmente patidifuso es saber cómo murió el maestro, el músico, el poeta, el genio: Jesús de la Rosa. Fueron sus propios teclados los que, en el accidente, le seccionaron su tráquea. También se fue, de un infarto, Tele -Juan José Palacios-, batería del Grupo, en julio de 2002.

Recomiendo vivamente ver el siguiente vídeo. Los pelos como escarpias se me han puesto oyendo hablar a Eduardo Rodríguez de sus compañeros, de TRIANA.

16 mar 2010

Música y músicos III

Debería sonar una fanfarria y ahora mismo, ¡qué narices!, que suene:



Que suene en honor de una voz de todos, de una voz que, aunque se emita desde una garganta particular, es de todos, pertenece a todos. Olvidemos ahora derechos de autor y ese tipo de bajezas. Oír la voz de la Streisand es algo sublime, como sentir el calor de los primeros rayos de sol después de una fría noche, como recibir la sonrisa de un bebé. Hay cosas que no tienen precio. Con este tema, compuesto por ella, consiguió su segundo Oscar, en esta ocasión a la mejor canción, ya había recibido otro como mejor actriz por su papel en Funny Girl. Escuchemos su oscarizada canción: Evergreen (A Star is Born, 1976)



Barbra Estreisand se autodefinió en una ocasión como "una actriz que canta", yo no puedo estar de acuerdo en esto con ella. Es cierto que es una magnífica actriz, todavía recuerdo la primera vez que vi Ha Nacido Una Estrella en la gran pantalla, junto a Kris Kristofferson. Impresionante. O Yentl, película que produjo, dirigió y protagonizó, además de participar en su guión y cantar una docena de canciones magistralmente, como sólo ella puede hacerlo. Pero debería haber invertido los términos de su frase, "una cantante que actúa" me hubiera parecido más adecuado. De esas doce canciones, esta está dedicada a su padre, fallecido cuando ella tenía quince años:



Cada vez que tengo ocasión lo digo: no se pué cantá mejó. No es que no haya otro montón de voces fantásticas, no, es que la de Barbra Streisand roza la perfección, no sólo por su dominio absoluto de la música en general y del canto en particular, ni porque alcance tres octavas en el registro de su personalísima voz, sino por poner todos sus sentidos en cada nota, cada fraseo, cada palabra, cada silencio. Nada pasa por alto cuando ella canta. Por eso mismo da igual entender su idioma (aunque no viene mal...), porque entiendes su interior, ella te lo muestra, desnuda, sin pudor. Debe saber que lo que hace no puede ser para ella solamente; de todas formas, es conocida por ser una persona muy solidaria y comprometida con los derechos humanos y las libertades. Pero no estoy hablando de ella, hablo de su voz y de su música. El lenguaje musical es universal, es un sistema de comunicación que está en otro nivel, pero está, ¡vaya que si está! Barbra Streisand no canta canciones, construye catedrales en cuatro o cinco minutos; y no piensen encontrar flecos sueltos, todo está armonizado, todo encaja sin estridencias, sin sobresaltos, pero con toda la magia que esconde la música y que sólo algunos privilegiados pueden destapar. Pasar de un susurro a notas increíbles limpiamente y viceversa, o mantener una nota con la precisión y belleza de un stradivarius en manos de Paganini es lo normal en esta mujer de gran nariz y preciosos ojos. Y, si no, presten atención a la última nota que da en este redondo tema: Memory (Cats)



Además, esta extraterrestre, tiene la facultad de compactar su voz con otras voces de tal manera que llega a doler de placer. Su grabación con Celine Dion es, sencillamente, antológica:



Deliciosa también esta canción a dúo con Bryan Adams: I finally find someone




Hasta los falsetes de Barry Gibb se visten de gala cuando ella canta a su lado: Guilty




LA VOZ (de nuevo le pido disculpas al Sr. Sinatra) no carece de fuerza, todo lo contrario, seguro que muchos habrán bailado alguna de sus canciones, por ejemplo esta que cantó junto a Donna Summer en su época más discotequera. Genial cambio de ritmo al que da paso con otra de sus notas mantenidas (con cambio de tonalidad incluido) y un brillante final: No More Tears (Henough is Henough)



Así le dijo al mundo que era una mujer enamorada: Woman In Love



Si tienen que viajar, no se lo piensen, llévense a Barbra Streisand y no tendrán prisa en llegar, disfrutarán tanto del viaje como Ray Charles debió disfrutar cantando con ella esta canción: Crying Time



Querida Barbra, tu voz te vino dada, como los extras gratis de un automóvil, pero, por tu dedicación, por tu trabajo, por tu afán de perfección y por el extenso e intenso legado que dejarás, GRACIAS.

23 ene 2010

Música y músicos II

La Balada de Tolito es una de las canciones de Joaquín Sabina que confirma que es un monstruo, un poeta-músico-mago de los que aparecen muy de vez en cuando. Un arquitecto de palabra y melodía con voz de la casa, marca registrada. ¿Se puede retratar mejor la necesidad de compañía del ser humano?



Algo antes escuchamos a Sabina en "La Mandrágora", deliciosa grabación en directo junto a Javier Krahe y Alberto Pérez. Difícil elegir entre las canciones -que en tiempos tenía grabadas en una cinta de casete que acabó gastada-, pero ya que he tildado de deliciosa la grabación, escuchemos a Alberto Pérez en Nos ocupamos del mar.



Se dijo de Joaquín Sabina que era el Bob Dylan español. Tengo que decir que Dylan ocupaba uno de los primeros puestos en mis gustos musicales, pero Sabina tenía una ventaja, entendía sus letras. El caso es que el viejo Bob marcó una época en todo el mundo, su Blowin in the wind ha significado algo más que una canción para una larga generación. I want you siempre me dejó buen gusto.



Blowin´in the wind
debe ser una de las canciones más interpretadas por otros artistas, también me gusta en la voz de Joan Baez.



Esta defensora de los derechos humanos seguramente lloró la muerte de Víctor Jara. Aquí, armado sólo con su guitarra, nos recuerda a su Amanda.



Dejamos a Sabina -de momento- con uno de sus amigos. Miguel Ríos ha conseguido mantenerse arriba durante varias décadas, desde su versión del Himno de la Alegría a sus grandes conciertos y giras, pasando por una extensa discografía, nunca ha defraudado. Por encima de todo destacaría lo bien que ha sabido rodearse de grandes músicos y unas producciones formidables. El que empezó su carrera con el nombre de Mike Ríos -horteradas de la época-, luego supo amoldarse a los tiempos, y hay que reconocerle como uno de los pioneros en el rock and roll nacional. Tengo debilidad, también, por una grabación de estudio ¡del año 1976!, La Huerta Atómica es un disco para escucharlo entero, sin interrupciones. Un disco con reivindicaciones ecologistas ¡hace 34 años, un año después del 75!, con una producción exquisita, lleno de buenísima música y unos efectos vanguardistas que, incluso hoy, siguen sonando genial. Como este capítulo es pelín meloso, pondré el enlace a un tema de este disco llamado Bienvenida Katherine, donde "el chico de la burbuja" tiene una experiencia amorosa con el "enemigo" digna de escucharse con buenos auriculares o altavoces, estéreo imprescindible.




Entre dos que bien se quieren con uno que coma es bastante
(popular)

14 ene 2010

Música y músicos I

Cansada la Luna de tanto girar,
parose un momento, dejó de danzar.
Curiosa la Tierra perdió su compás,
el Sol director se puso a gritar:
¡Luna, lunita, no puedes parar,

o planetas y astros su son perderán!
¡No pares lunita, no puedes parar!,
la vida es un baile que hay que bailar
.



Pues... ¡que no pare la música!

También tienen que girar los discos para soltar la música que esconden; con encanto, como los antiguos vinilos, o con la eficiencia de los nuevos sistemas de reproducción. Los que vivimos la época del tocadiscos seguimos recordando con cierta añoranza no sólo la música, sino todo lo que rodeaba a la adquisición (o préstamo, que había pocos recursos) y a su audición, que muchas veces era colectiva, bien en casa de algún amigo o en bares y discotecas. ¡Cómo giraban aquellos LP,s! ¡Qué ruidillo de fondo más entrañable! En esta serie oiremos canciones que me impactaron en su momento y alguna versión de las mismas que no desgracie mucho la original o que, incluso -raro-, la mejoren.


He elegido para empezar al Sr. Carlos Santana y su Samba pa´ti, entre otras cosas, porque acabo de leer una información de EFE donde Orestes Vilató -percusionista que acompañó a Santana durante una década, además de grabar con Gloria Estefan y participar en el fondo musical de varias películas- dice cosas interesantes sobre la música, por ejemplo que "tiene poder medicinal" o que "en varias ocasiones y en diversos países, cuando tocaba con Carlos Santana, llegaron equipos de psiquiatras a los conciertos y nos decían que utilizaban la música como terapia"

No puedo estar más de acuerdo con Orestes Vilató y con los psiquiatras, la música, cuando es música, sólo puede ser beneficiosa para el ser humano y, además, como ya dije, un placer. Pero, ¿qué es la música? Se dice que su origen está en los sonidos de la naturaleza, como el canto de las aves, pero también en los sonidos interiores, como el latido del corazón. Últimamente se acepta más la segunda opción como principio del "arte musical", obedeciendo a formas percibidas interiormente. También se dice que la armonía -varias notas sonando al mismo tiempo- ya se conocía en la música prehistórica, prueba de ello es la encontrada escritura cuneiforme de la antigua Mesopotamia, en la ciudad de Ur. Sea como fuere, la música nos acompaña en el camino, forma parte de nuestra existencia y para bien.

 

La voz de Roberta Flack tiene la facultad de acariciar los sentidos, sólo hay que escuchar este par de canciones para convencerse:








Lou Reed hizo que nos adentráramos en un mundo extraño y cálido, con un ritmo suave marcado por un bajo que te atrapa nada más empezar, con su voz grave y sedosa, a la que ponen contrapunto las voces femeninas del mil veces tarareado estribillo -tu, turú, turú...-, para rematar con la entrada fantástica del saxo, en su paseo por el lado salvaje Walk On The Wild side.





Dejémoslo por hoy con un tema vivo, florido, una grabacion antológica que reunió a enormes músicos, como Juanito Márquez, Tito Puente, Paquito D´Rivera, Arturo Sandoval, entre otros, bajo la dirección del mítico Cachao.
Grandes músicos cubanos en este canto a su tierra, donde consiguieron que la voz de Gloria Estefan creciera, arropada, eso sí, por otros grandes como Jhon Secada y, naturalmente, por la gran producción musical de Emilio Estefan, su marido. El resultado final es una obra de arte irrepetible. Mi Tierra es un álbum de colección.





"Música es el arte de pensar con sonidos" (Jules Combarieu, musicólogo)



1 dic 2009

Un placer




No podía creerlo, mi maestro en 5º de EGB me felicitó delante de toda la clase. Sería el año 1970.

- Muy bien, has cantado muy bien, tendrás una buena nota.

Después se explayó:

- Esta canción está basada en la mayor composición del gran Beethoven, su Novena Sinfonía, obra cumbre y bla, bla, bla.

Yo continuaba de pie, junto a su mesa, frente al resto de mis compañeros. A mi espalda el encerado, la cruz y la foto, lo normal... No acababa de comprender qué estaba pasando. Por momentos pensé que aquello tenía retranca, ese mismo curso había probado la contundencia de su cilíndrico "antialboroto" de madera, vamos, un palo, y por supuesto en la cabeza -para no cojear, decían- Creo que fue por mirar demasiado tiempo por la ventana para ver un eclipse. Nunca le guardé rencor por ello, fue mi maestro preferido y estábamos acostumbrados a cosas peores. Siempre temí aquellos tirones de patilla que levantaban al alumno de su asiento, práctica habitual de otros docentes.

Pero, ¡si sólo he cantado el principio de una canción de un tal Miguel Ríos que últimamente sonaba a menudo en el transistor Lavis que mi hermana siempre escuchaba mientras zurcía medias!, mascullaba yo.

-Vuelve a tu pupitre, ¡el siguiente!

Así que le ha gustado, pensé. Entonces, ¡es que la música le gusta a más gente! Parece de Perogrullo, pero para mí fue todo un descubrimiento. Claro que había cantado villancicos en Nochebuena, pero poco más. Por cierto que, cuando no recibíamos el aguinaldo, solíamos despedirnos con la bonita  frase de: "ojalá se le seque la tripa del cagalá", muy poética ella.

El caso es que le debo a Don Elías mi primer acercamiento al mundo musical. Luego vinieron mis primeras armónicas y, algo más tarde, la guitarra. No pasé de ser un mediocre instrumentista, quizá ni eso, ni siquiera estudié solfeo, pero descubrí cómo la música me llevaba a otros mundos sin salir de este. Las décadas de los 60, 70 y 80 fueron ricas, muy ricas, musicalmente hablando. En aquel radio transistor seguían sonando grupos españoles como Los Pekenikes, Los Diablos, Los Bravos, Fórmula V, Juan y Junior, Los Módulos; solistas como el mismo Miguel Ríos, Jeanette, Víctor Manuel, Nino Bravo. Franceses e italianos solían completar aquellos espacios radiofónicos. Y qué decir de The Beatles y todo lo que empezaba a llegar de fuera. Hacían que el tiempo se detuviera, cada canción era una historia vivida o deseada, pero, por encima de todo era placer, momentos únicos, aunque las oyeras mil veces cada una.

Para el alumno de Don Elías, muchos de los mejores llegaron con el tocadiscos, el rizo se rizaba: Alameda, Triana, Asfalto, Tequila, Lole y Manuel, Mecano, por citar algunos. Pero también de fuera llegaron más magos, enormes creadores de placer, se rozaba el éxtasis con Pink Floyd, Yes, Bob Dylan, Rolling Stones, Deep Purple, Eric Clapton, Lou Reed, Credence, Simon & Garfunkel, Jimi Hendrix, Janis Joplin... Cada uno tiene sus gustos y todos son igual de buenos, todos los que te hagan sentir, sí, sentir. Se puede oír musica de fondo, y se puede sentir música.

Y no, no me olvido de ella, de la mejor. Con el permiso del Sr. Sinatra, LA VOZ para mí está en otra garganta a una nariz pegada:

28 nov 2009

Cómo hemos cambiado

El título de la canción de Presuntos Implicados es el guante de ajuste perfecto a la mano de esta reflexión: ¡cómo hemos cambiado! O no, quizá, símplemente, sea una circunstancia más, un ladrillo en la colosal construcción que es el universo, que somos nosotros.

Me refiero a Internet, la red de redes que nos enreda, nos atrapa. Hilo a hilo fabrica su telaraña que se extiende como la materia y la energía oscura y visible del big bang. Nos lleva lejos y nos trae lo que le pedimos. Nos hace reír y llorar. Es para muchos, cada vez más, el único amigo, el que le escucha, al que le habla, su confidente. Nos acompaña, también nos enseña, dotándonos de unos ojos de alquiler que ven lo más pequeño y lo más grande. Nos entretiene. Nos desvela los ocultos misterios que siempre deseamos conocer. No lleva más que un instante entre nosotros y ya es imprescindible.

A cambio, sólo pide tiempo, nuestro tiempo. Y, como es voraz, cada vez pide más y más, pero no nos importa, no somos conscientes de que es insaciable, tampoco de que el tiempo es nuestro único tesoro y éste sí tiene fin. No es malo ni bueno y es las dos cosas, pero le confiamos nuestros deseos, nuestros anhelos, nuestros miedos y alegrías; se va apoderando de nuestra humana forma de ser, la de mirarnos a los ojos sin pantallas intermedias.

Los que hemos atravesado hacia el tercer milenio podemos apreciarlo, somos testigos directos de este vertiginoso cambio. Nunca en la historia de este planeta un ser humano ha podido ver tal aceleración. Hemos superado la velocidad tranquila de la naturaleza y esto puede llevarnos contra un muro, pero también puede que nos lleve a nuestro destino. Esperemos que sea así, de todas formas no parece que haya freno ni marcha atrás.

Le pregunto a Internet cómo serán las futuras generaciones, pero eso... no me lo quiere decir. Será que no tengo saldo suficiente en su contador de tiempo.